martes, 27 de enero de 2009

¿Aprendiendo?

Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma, y uno aprende que el amor no significa acostarse y una compañía no significa seguridad, y uno empieza a aprender.
Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas, y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos, y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy, porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes, y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad.

Y después de un tiempo uno aprende que si es demasiado, hasta el calor del sol quema. Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma, en lugar de esperar a que alguien le traiga flores.

Y uno aprende que realmente puede aguantar, que uno realmente es fuerte, que no realmente vale, y uno aprende. Y aprende... y con cada día aprende.

Con el tiempo aprendes que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado.

Con el tiempo comprendes que sólo quien es capaz de amarte con tus defectos, sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad que deseas.

Con el tiempo te das cuenta de que si estás al lado de esa persona sólo por acompañar tu soledad, irremediablemente acabarás no deseando volver a verla.

Con el tiempo entiendes que los verdaderos amigos son contados, y que el que no lucha por ellos tarde o temprano se verá rodeado sólo de amistades falsas.

Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando a quien heriste, durante toda la vida.

Con el tiempo aprendes que disculpar lo hace cualquiera, pero perdonar es sólo de almas grandes.

Con el tiempo comprendes que aunque seas feliz con tus amigos, algún día llorarás por aquellos que dejaste ir.

Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida con cada persona es irrepetible.

Con el tiempo te das cuenta de que el que humilla o desprecia a un ser humano, tarde o temprano sufrirá las mismas humillaciones o desprecios multiplicados al cuadrado.

Con el tiempo aprendes a construir todos tus caminos en el hoy, porque el terreno del mañana es demasiado incierto para hacer planes. Con el tiempo comprendes que apresurar las cosas o forzarlas a que pasen ocasionará que al final no sean como esperabas.

Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante.

Con el tiempo verás que aunque seas feliz con los que están a tu lado, añorarás terriblemente a los que ayer estaban contigo y ahora se han marchado.

Con el tiempo aprenderás que intentar perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amigo, ante una tumba, ya no tiene sentido.

Pero desafortunadamente, solo con el tiempo.

Jorge Luis Borges.


Yo, sin embargo, creo que no aprendemos ni siquiera con el tiempo. La historia se repite con los mismos errores sangrantes una y otra vez. Triste realidad.

viernes, 9 de enero de 2009

Los hombres buenos

Cuando los nazis vinieron por los comunistas / me quedé callado; / yo no era comunista. / Cuando encerraron a los socialdemócratas / permanecí en silencio; / yo no era socialdemócrata. / Cuando llegaron por los sindicalistas / no dije nada; / yo no era sindicalista. / Cuando vinieron por los judíos / No pronuncié palabra; / yo no era judío. / Cuando vinieron por mí / no quedaba nadie para decir algo.
No está clara la autoría de este poema, ni siquiera existe un texto fiel al que citar. Lo que si está claro, es que el pasotismo con el que vivimos actualmente no va a desembocar en nada agradable. Habrá que recordar más a menudo que la única condición para que el mal se extienda es que los hombres buenos no hagan nada.

viernes, 28 de noviembre de 2008

Lenguas

La lengua no tiene la culpa de nada, ni el euskera, ni el catalán, ni el gallego, ni el serbocroata. Las lenguas tienen dos enemigos: los que las prohíben, y los que las imponen. Hemos padecido en época del franquismo gente que las prohibía y ahora padecemos otros que nos las imponen y, en el fondo, los dos son enemigos de los hablantes de las lenguas.
Fernando Savater
Creo que no hace falta añadir nada más.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Mensaje encontrado en una botella, de Rodolfo Serrano

Si algún día naufragara en una isla perdida, tengo la absoluta certeza de que pensaría lo mismo que escribió Rodolfo Serrano en su poema "Mensaje encontrado en una botella".
Hace ya siete meses, tres días y dos horas
naufragué en esta isla que no está en ningún mapa.
La primera semana lloré como un muchacho
asustado y el miedo vino a vivir conmigo.

Luego maldije a Dios los quince días siguientes.
Y me pasé tres días sin agua ni comida.
Los siguientes dos meses he añorado tu cuer
po
y soñado con el tibio roce de las sábanas.

Cada noche encendía hogueras en los mon
tes
pendiente de que un barco pasara por delante
de esta isla maldita. Y en la playa he dejado
mensajes d
e socorro pidiendo que vinieras.

Arrojé cien botellas con mensajes urgentes.
Y durante tres meses aprendí que la vida
es un cangrejo, un fruto, el agua del torrente,
el sol que cada tarde pinta de rojo el agua.

Ya no siento temores. Recuerdo vagamen
te
que más allá del mar hay fusiles y espadas
y hombres que maldicen haber nacido un día.
Y que aquel mundo era una isla de monstruos.

Ayer me despe
rté cantando sin que nadie
me dijera: “Estás loco ¿A qué tanta alegría?”
Y cada tarde escribo en la arena unos versos
que borran las mareas y que de nuevo escribo.

Hoy he visto pasar un barco no muy lejos.
He apagado raudo la luz de las hogueras
y he borrado todos los mensajes de auxilio.
Afortunadamente el buque ha pasado de l
argo.



sábado, 8 de noviembre de 2008

Peces muertos

Definitivamente ha dejado de ser duda. Ahora es certeza. Nos hemos convertido en la sociedad acomodaticia y aburrida que quieren que seamos. Triste pero cierto. Dicen que las comparaciones son odiosas, y así es. ¿Cuánto trabajo les costó a nuestros padres y abuelos conseguir todo lo que hoy tenemos? ¿Cuántas huelgas por un convenio laboral justo? ¿Cuántas carreras delante de los de gris?

Ya no hay remedio, sólo pensamos en nosotros mismos y no somos capaces de luchar por los que vendrán a ocupar nuestro lugar. Pero no sólo eso,
ni siquiera luchamos por defender nuestros principos, si es que los tenemos, no lo sé muy bien la verdad. Dicen que estamos en crisis. ¡Qué razón tienen! Estamos ante una profunda crisis de valores. Todos los valores que siempre han derrochado nuestros antepasados han sido sustituidos por uno sólo: el dinero. Sólo somos capaces de luchar si hay dinero por medio.

En fin, que cada uno piense lo que quiera. Yo seguiré escuchando "Papá cuéntame otra vez" mientras me repito a mi mismo que los peces muertos sólo van donde les lleva la corriente.

jueves, 30 de octubre de 2008

Todo va bien

Yo conozco la hitoria de un tipo que se cayó desde el último piso del más alto de los rascacielos. Mientras caía, en cada piso que pasaba, se decía a sí mismo: "Por ahora, todo va bien".

Sucede que a veces me paro, miro a mi alrededor, observo, reflexiono, veo el telediario y me duele, leo los periódicos y sangro, busco en internet y entonces protesto, grito y me quejo. También sucede que todos me contestan que por ahora todo va bien. Posiblemente tengan razón, por ahora todo va bien, pero yo recuerdo la historia, y me doy cuenta que cada vez estamos más cerca del suelo, y que lo importante no es que todo vaya bien, o creamos que vaya bien, lo realmente importante es el aterrizaje, que si no me equivoco, al igual que el del tipo que se caía del más alto de los rascacielos, va a ser muy duro.

Quizás todavía estemos a tiempo, y podamos agarrarnos a algún sitio o abrir el paracaídas de emergencia.

miércoles, 29 de octubre de 2008

Lingüistas, de Mario Benedetti

Tras la cerrada ovación que puso término a la sesión plenaria del Congreso Internacional de Lingüistas y Afines, la hermosa taquígrafa recogió sus lápices y papeles y se dirigió hacia la salida abriéndose paso entre un centenar de lingüistas, filósofos, semiólogos, críticos estructuralistas y desconstruccionistas, todos los cuales siguieron su garboso desplazamiento con una admiración rayana en la glosemática.

De pronto las diversas acuñaciones cerebrales adquirieron vigencia fónica:
-Qué sintagma!
-Qué polisemia!
-Qué significante!
-Qué diacronía!
-Qué exemplar ceterorum!
-Qué Zungenpenspitze!
-Qué morfema!

La hermosa taquígrafa desfiló impertérrita y adusta entre aquella selva de fonemas. Sólo se la vio sonreír, halagada y tal vez vulnerable, cuando el joven ordenanza antes de abrirle la puerta, murmuró en su oído: "Cosita linda".