Definitivamente ha dejado de ser duda. Ahora es certeza. Nos hemos convertido en la sociedad acomodaticia y aburrida que quieren que seamos. Triste pero cierto. Dicen que las comparaciones son odiosas, y así es. ¿Cuánto trabajo les costó a nuestros padres y abuelos conseguir todo lo que hoy tenemos? ¿Cuántas huelgas por un convenio laboral justo? ¿Cuántas carreras delante de los de gris?
Ya no hay remedio, sólo pensamos en nosotros mismos y no somos capaces de luchar por los que vendrán a ocupar nuestro lugar. Pero no sólo eso, ni siquiera luchamos por defender nuestros principos, si es que los tenemos, no lo sé muy bien la verdad. Dicen que estamos en crisis. ¡Qué razón tienen! Estamos ante una profunda crisis de valores. Todos los valores que siempre han derrochado nuestros antepasados han sido sustituidos por uno sólo: el dinero. Sólo somos capaces de luchar si hay dinero por medio.
En fin, que cada uno piense lo que quiera. Yo seguiré escuchando "Papá cuéntame otra vez" mientras me repito a mi mismo que los peces muertos sólo van donde les lleva la corriente.